Fisioterapia para el síndrome de dolor miofascial

El síndrome de dolor miofascial es un trastorno de dolor crónico a causa de movimientos repetitivos en el trabajo o tensión muscular relativa al estrés. Es una de las principales causas de dolor musculoesquelético en la sociedad actual.

Tratamiento fisioterápico para el síndrome de dolor miofascial


Recuperación de la estructura afectada por síndrome de dolor

El primer objetivo que se busca en el tratamiento de síndrome de dolor miofascial es una recuperación estructural, es decir, acelerar el proceso de curación de la/s estructura/s afectadas, para poco a poco ir sometiendo a dicho tejido a un estrés controlado, y de esta forma evolucionar en la consolidación hacia resolución del proceso.

Todo esto persigue la readaptación funcional analítica, a fin de que esa estructura afectada por la síndrome de dolor pueda ir recuperando su función de forma aislada; al mismo tiempo, se trabaja sobre la recuperación de la estructuras adyacentes de esa cadena funcional hacia su reeducación.

Fisioterapia para síndrome de dolor miofascial

Readaptación funcional

A continuación, se profundiza en protocolos de readaptación funcional, para que en el conjunto de todas las estructuras afectadas por la inicial, exista un patrón de reeducación de la función.

Readaptación a la vida diaria

Finalmente, debe integrarse el proceso hacia la consecución de una serie de etapas desarrolladas a fin de reproducir los gestos biomecánicos de la situación pre-lesión, de forma individualizada según el contexto de la síndrome de dolor miofascial , por ejemplo:

  • Contexto laboral: puesto de trabajo con gestos repetitivos: reproducir los gestos causantes de lesión en situaciones de certidumbre con unos parámetros de menor intensidad, como número de repeticiones, tiempo de exposición… para poco a poco crear situaciones simuladas más reales a su jornada laboral normal.
  • Contexto deportivo: reproducir gestos biomecánicos en situaciones de bajo riesgo, y posteriormente introducir elementos de incertidumbre que se acerquen poco a poco a la actividad física plena hasta la reincorporación total a la dinámica del deporte concreto.

Durante todo este tiempo de recuperación, se le elabora al paciente un planning detallado de recuperación personalizado (programa de cinesiterapia) que deberá hacer, puesto que es tan importante o más que el trabajo con el fisioterapeuta en el centro; pautamos diariamente en planning semanal las pautas a seguir: ejercicios, número de series y repeticiones, etc.

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Posibles causas

Así pues, conocemos como Síndrome de Dolor Miofascial (SDM) a aquellos síntomas y signos sensoriales, motores y autónomos, producidos por la presencia de los llamados puntos gatillo miofasciales en los músculos. Es un cuadro regional de dolor localizado en un músculo o grupo muscular. Su tratamiento puede servir para normalizar la longitud del músculo, relajar su nivel de tensión, y en consecuencia, disminuir el dolor.

Síntomas

Además del dolor, en la mayoría de los casos se observa en los músculos responsables del problema, así como también en sus antagonistas, la presencia de bandas tensas, en las cuales se presentan puntos hiperirritados más engrosados y dolorosos que el resto. Estos puntos son los llamados puntos gatillo miofasciales (PGM), con un patrón característico de dolor referido hacia otras estructuras, y que si reproducen los síntomas del paciente, probablemente sean los responsables de su problema.

Más información sobre el síndrome de dolor miofascial

El síndrome de Dolor Miofascial hace referencia al cuadro clínico no inflamatorio donde existe dolor de origen miofascial, engloba todos aquellos procesos que impiden la relajación muscular y que tienen que ver con la fascia (red tridimensional de tejido conjuntivo que envuelve todos los músculos, vísceras, articulaciones). Estos procesos causan dolor muscular intenso y profundo (que persiste o empeora), diminución del tono muscular y disminución de la longitud del músculo (resistencia al estiramiento y disminución del rango articular o rango articular doloroso) y generan una situación de disfunción a nivel muscular que es conveniente tratar para evitar su cronificación.
También pueden provocar otros signos y síntomas del sistema nervioso autónomo que incluyen la sudoración, el lagrimeo o la activación pilomotora (piel de gallina) entre otras. Desequilibrios, mareos y una alteración de la percepción del peso de los objetos cuando los levantamos con las manos. Rigidez y debilidad en los músculos implicados, esta rigidez se puede manifestar después de un descanso o al estar mucho tiempo en la misma posición. Dificultad para dormir a causa del dolor.