Fisioterapia para la tendinosis rotuliana

La tendinosis rotuliana afecta al tendón rotuliano, una estructura corta y ancha que se extiende desde la rótula (polo inferior) hasta la tibia (tuberosidad tibial), y que participa en el movimiento de extensión de rodilla y en la estabilidad y centraje de la rótula.

Tratamiento fisioterápico para la tendinosis rotuliana


Recuperación de la estructura afectada por tendinosis

El primer objetivo que se busca en el tratamiento de tendinosis rotuliana es una recuperación estructural, es decir, acelerar el proceso de curación de la/s estructura/s afectadas, para poco a poco ir sometiendo a dicho tejido a un estrés controlado, y de esta forma evolucionar en la consolidación hacia resolución del proceso.

Todo esto persigue la readaptación funcional analítica, a fin de que esa estructura afectada por la tendinosis pueda ir recuperando su función de forma aislada; al mismo tiempo, se trabaja sobre la recuperación de la estructuras adyacentes de esa cadena funcional hacia su reeducación.
Una de las opciones terapéuticas más interesantes para este tipo de patología de tendón degenerado es la EPI® (electrolisis percutánea intratisular) guiada con ecografía.

Tendón rotuliano doloroso

Readaptación funcional

A continuación, se profundiza en protocolos de readaptación funcional, para que en el conjunto de todas las estructuras afectadas por la inicial, exista un patrón de reeducación de la función.

Readaptación a la vida diaria

Finalmente, debe integrarse el proceso hacia la consecución de una serie de etapas desarrolladas a fin de reproducir los gestos biomecánicos de la situación pre-lesión, de forma individualizada según el contexto de la tendinosis rotuliana , por ejemplo:

  • Contexto laboral: puesto de trabajo con gestos repetitivos: reproducir los gestos causantes de lesión en situaciones de certidumbre con unos parámetros de menor intensidad, como número de repeticiones, tiempo de exposición… para poco a poco crear situaciones simuladas más reales a su jornada laboral normal.
  • Contexto deportivo: reproducir gestos biomecánicos en situaciones de bajo riesgo, y posteriormente introducir elementos de incertidumbre que se acerquen poco a poco a la actividad física plena hasta la reincorporación total a la dinámica del deporte concreto.

Durante todo este tiempo de recuperación, se le elabora al paciente un planning detallado de recuperación personalizado (programa de cinesiterapia) que deberá hacer, puesto que es tan importante o más que el trabajo con el fisioterapeuta en el centro; pautamos diariamente en planning semanal las pautas a seguir: ejercicios, número de series y repeticiones, etc.

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Posibles causas

Se puede producir por sobrecarga o debilidad del cuádriceps, sobreuso del tendón, microtraumatismos repetitivos, sobre-entrenamiento. Algunos otros de los factores predisponentes a sufrir esta lesión son: sobrepeso, edad, uso de calzado inadecuado, dismetrías en miembros inferiores, aumento del arco plantar (pies cavos), mala alineación del pie con rodilla y cadera (varo o valgo de rodilla), limitación en flexión dorsal de tobillo, etc…

Síntomas

Esta lesión es frecuente en corredores, atletas de salto de longitud y altura, actividades con saltos verticales o en trabajos que requieran el subir y bajar escalones o con mucha flexión de rodilla.
Los signos y síntomas asociados a esta patología son: dolor en reposo, continua, sordo (nocturno), que aumenta al flexionar la rodilla, subir y bajar escaleras, correr cuesta abajo, rigidez de rodilla, debilidad y pérdida de fuerza en la pierna, incluso pérdida de equilibrio en la rodilla.