Fisioterapia para fracturas de todo tipo

Es la pérdida de la continuidad normal en huesos a consecuencia de golpes (accidentes de tráfico por ejemplo), tracciones o fuerzas que superan el límite elástico del hueso.

Información sobre las fracturas

Si la fuerza no es la suficiente, y la sección del hueso no es completa, se denominará entonces fractura incompleta o fisura.

También se pueden dar por enfermedades previas que debiliten la resistencia ósea (osteoporosis, tumores, infecciones, etc…), y que tienen como factores predominantes la edad o la genética.
Pueden ser abiertas o compuestas, si el hueso roto rompe la piel o cerradas, si no la rompe. Según su localización en el hueso pueden ser epifisarias (localizadas en los extremos más gruesos del hueso o epífisis), diafisarias (localizadas en la diáfisis, zona media del hueso), o metafisarias (localizadas en la metáfisis, zona entre la diáfisis y la epífisis). Según su trazo de fractura pueden ser conminuta (múltiple trozos), longitudinales, transversales, oblicuas, etc…

Existen un tipo de fracturas, espontáneas, que son las fracturas por estrés o por fatiga, localizadas en las articulaciones que soportan cargas prolongadas como el pie, típica en personas que pasan muchas horas de pie, en atletas, o personas con sobrepeso, localizadas en metartarsianos o en huesos como el astrágalo, calcáneo, cuñas.

Los síntomas más frecuentes en toda fractura son el dolor (aumenta al movimiento), deformidad e impotencia funcional (imposibilidad del movimiento en las actividades de la vida diaria, deporte, etc…), inflamación y hematoma (por ruptura de vasos sanguíneos), en ocasiones fiebre y entumecimiento y cosquilleo.
Su diagnóstico se realiza siempre mediante radiografía o resonancia magnética.

Posibles causas

Los síntomas más frecuentes en toda fractura son el dolor (aumenta al movimiento), deformidad e impotencia funcional (imposibilidad del movimiento en las actividades de la vida diaria, deporte, etc…), inflamación y hematoma (por ruptura de vasos sanguíneos), en ocasiones fiebre y entumecimiento y cosquilleo.

Su diagnóstico se realiza siempre mediante radiografía o resonancia magnética.

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Tratamiento de las fracturas a nivel fisioterápico

En las fracturas, el tratamiento con técnicas fisioterápicas manuales o instrumentales es una contraindicación absoluta en el tratamiento de las fracturas hasta que se ha producido el proceso de consolidación.
Este proceso se produce por parte de los osteoblastos (células formadoras de tejido óseo, favoreciendo la fijación de calcio) y se termina con la formación del callo óseo.

Existen posibles complicaciones tales como lesiones neurológicas (compresión, sección o contusión de un nervio. Por ejemplo, lesión del nervio ciático en la fractura del cuello del peroné, lesión del nervio radial en la fractura del humero o la lesión de la médula en la fractura vertebral), vasculares (compresiones, contusiones o secciones de arterias (como la lesión de la arteria humeral, femoral o tibial posterior por fracturas de húmero, fémur o tibia), shock traumático (aumento de hemorragia que produce anemia y shock hipovolémico), necrosis avascular ósea, etc…

El tratamiento con MAGNETOTERAPIA estará indicado como única posibilidad fisioterápica en el tratamiento de fracturas, para acelerar el proceso de consolidación, evitar el retardo en este proceso, y en el tratamiento de posibles complicaciones tardías de las fracturas por períodos prolongados de inmovilización como son:

  • Contractura o retracción isquémica de Volkman (síndrome de Volkman, ocurre cuando hay falta de riego sanguíneo, se produce un síndrome compartimental y una deformidad asociada por contracturas en dedos de la mano o el pie, muñeca, tobillo, etc…
  • Atrofia ósea aguda de Südeck, rigidez articular grave que se presenta en manos y pies, producida por una lesión neurovascular.
  • Rigidez articular, dolor residual o enfermedades vasculares.

Una vez que este proceso de consolidación esté completo, se podrán realizar el tratamiento de fisioterapia normal, como antes de producirse la fractura, mediante electroterapia, masoterapia, fibrólisis diacutánea con gancho, terapia manual (osteopatía, terapia manual ortopédica), microondas, ultrasonidos, láser, neurodinámica, etc…. Para el tratamiento de las secuelas post-fractura como rigidez articular, atrofia muscular (pérdida de fuerza), dolor residual, etc…