Uno de los grandes dilemas en deportistas…. cuándo aplicar frío y cuándo calor.
Esta pregunta es una de las grandes dudas que se plantean a la hora de realizar actividad deportiva o a la hora de tratar una lesión, sobre todo en su fase inicial.
Por lo general, siempre se recomienda la aplicación de calor antes de la actividad física ya que éste aumenta la elasticidad de los tejidos, la circulación local (llegan más nutrientes al tejido en la sangre) y tiene un efecto analgésico disminuyendo la posibilidad de espasmos musculares.
Algunos estudios concluyen que el daño muscular producido después del ejercicio se reduce significativamente con la aplicación de baños tibios o calientes pre-ejercicio, incluido el des-censo de los niveles de creatina quinasa en sangre (unos niveles altos de esta enzima en sangre indican daño del tejido muscular, tales como inflamación y distrofia muscular).
Existen varias maneras de aplicación de calor, en forma de gel, crema, inmersiones en agua caliente, etc…
La aplicación de frío normalmente se relaciona con después del ejercicio físico, ya que produce una vasoconstricción y disminuye la circulación local y el metabolismo (por tanto, la inflamación), reduciendo la fatiga muscular (calambres musculares) y mejorando la recuperación celular.
Según diversos estudios científicos, la aplicación de frío post-ejercicio podría llegar a mejorar el rendimiento deportivo en comparación con la aplicación de calor, aunque aún existe mucha controversia al respecto.
Se puede aplicar en forma de gel frío, hielo (con protección de la piel para evitar quemaduras), bolsas de coldpacks o inmersiones en agua fría.
Por tanto, por norma general, se justifica el uso de calor antes del ejercicio y el frío al finalizar, aunque depende de otros factores como son la temperatura ambiental, el tipo de ejercicio a realizar (corta duración o prolongado), y la adaptación del individuo a las condiciones térmicas.
En el caso de una lesión, la aplicación de frío en los primeros estadios (48-72h) es fundamental por su efecto analgésico y vasoconstrictor que reduce la circulación local, disminuyendo el hematoma y la inflamación. Se recomienda su aplicación 2-3 veces al día, entre 10 y 15 min cada vez.