Un esguince es una lesión ligamentosa producida por una torsión fuera de los límites fisiológicos en una articulación.
El esguince de tobillo es una de las patologías más frecuentes a la hora de acudir a la consulta de fisioterapia, por ello es interesante saber cuál es la mejor forma de intervención para lograr una evolución satisfactoria.
Depende del grado del esguince, si éste no es muy grave (el más agudo es el grado III), la inmovilización total del tobillo por medio de una escayola está en cierto desuso ya que es importante una cierta contracción muscular y cierta movilidad articular para mejorar el proceso inflamatorio asociado y mejorar el proceso de curación y regeneración de los tejidos (una correcta cicatrización).
Debido a la inmovilización completa que produce la escayola o la férula se deterioran los mecanismos de información propioceptiva (control del movimiento) y se pierde fuerza muscular, provocando un riesgo mayor de recaídas. Por tanto, esta no sería una opción válida en el tratamiento de esguinces de grado leve o moderado.
Pero, ¿está indicado que me coloque una tobillera? Existen diferentes tipos de tobilleras que pueden encontrarse en ortopedias para el tratamiento del esguince de tobillo, se pueden localizar tobilleras con mayor componente compresivo y tobilleras con mayor componente de estabilización. En el caso de los esguinces de tobillo, una de las sensaciones más frecuentes, aparte del dolor, es la inestabilidad; por ello, el uso de tobilleras estabilizadoras puede mejorar la sensación de seguridad y limitar parcialmente ciertos movimientos (sobre todo, movimientos laterales) que pudieran causar mayor dolor y daño en la articulación.
La aplicación de tobilleras sólo estaría indicada pues, cuando existe una gran inestabilidad e hiperlaxitud ligamentaria, ya que al igual que en la inmovilización total, se pierden los mecanismos regenerativos (circulatorios, musculares y cicatrizales), alterando los receptores sensitivos y del movimiento, disminuyendo la capacidad muscular y creando una dependencia a largo plazo.
También se podrían realizar vendajes compresivos o funcionales para inmovilizar la zona con distintos tipos de vendas (indicado a la hora de seguir con la actividad física iniciada) aunque existe una ventaja de la tobillera respecto a los distintos vendajes funcionales o compresivos que se pueden realizar en la zona, ya que la tobillera la podemos retirar varias veces al día para poder realizar otros tratamientos fisioterápicos o realizar baños de contrastes.
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